La «mano de dios» no favoreció a México, que se enfrentará a Alemania en fase de grupos; actual campeón del mundo y favorito para repetir el título, y podría tener la «fortuna» de verse cara a cara contra Brasil en octavos de final. Las primeras reacciones de la prensa mexicana fueron de decepción, de estar eliminados antes de jugar la fase de grupos, grupo en dónde también seremos acompañados por Suecia y Corea. Un grupo complicado, pero accesible diría yo; si vemos los antecedentes de la selección ante rivales de está índole podemos concluir que los nuestros estarán en la segunda ronda. Seis mundiales seguidos pasando de la fase de grupos define a México como un equipo que se impone en el grupo que le toque.
El problema es que se sobrevalora el nivel que puedan tener los suecos y los coreanos, es cierto que el respeto es importante, pero no la sumisión, no rendirse antes de tiempo. Suecia no es ningún equipo que no hayamos visto antes, podemos destacar a Forsberg, mediocampo del Liepzig o a Lindeloff, defensor del Manchester United. Es correcto que eliminaron a Italia y a Holanda, pero los tulipanes muestran deficiencias desde las eliminatorias de la Euro e Italia se murió de nada, México ha demostrado nivel frente a rivales como Portugal o Bélgica, equipos que se encuentran entre los candidatos para llevarse la Copa del Mundo. Corea del Sur se clasificó cómodamente a Rusia; Son, estrella de los Spurs tendrá la responsabilidad de llevarlos lejos. Pero igual lo repito, no es nada que México no haya visto antes, en la misma zona de CONCACAF existen rivales más duros que ellos.
Los juegos se deben de jugar antes, la selección tiene altas chances de clasificar a la siguiente ronda. Y puede ser verdad que el sueño se pueda truncar en octavos ante Brasil, pero no hay que dar por muerto nada. Hay un dicho muy conocido «para ser el mejor hay que vencer a los mejores», y no hay mejor escenario para México que enfrentarse a los dos favoritos del torneo, no existe más motivación que esa, mejor vitrina para los jugadores, puede ser el torneo que finalmente los posicioné en la élite del fútbol europeo. Los ojos del mundo estarán en el debut del campeón del mundo y en ese momento el tricolor aspirará a ser la sorpresa del torneo, a confundir a propios y a extraños y a demostrar que en el fútbol nada está escrito.
