-Columna por Jaime Medrano Arevalos.
La mujer mexicana, conocida por su valentía y su fuerza; desde tiempos de la revolución, donde las «Adelitas» acompañaban a los caudillos revolucionarios y peleaban a capa y espada por su libertad. Hoy citamos la historia de una guerrera, una verdadera heroína nacional, alguien que impuso el alma ante el cansancio físico, Guadalupe «Lupita González escribió su propia leyenda; una joven humilde y trabajadora, que nunca dejo de pelear por lo que ella quería, que tenía claros sus objetivos, por mas que nadie creyera en ella. Los reflectores se encontraban lejos de su figura, logrando una medalla de plata ante la incertidumbre de los pronósticos del Comité Olímpico Mexicano y de diversos medios de comunicación, que no tenían proyectada su medalla .
Lupita es oriunda de Tlalnepantla, Estado de México, amante del deporte desde pequeña; a los 15 años participó en el torneo «Guantes de Oro» de boxeo, llegando a la final, para su mala suerte quedo descalificada por no dar el peso. Guadalupe dio un giro a su vida, para participar en los 400 metros planos, como su máximo ídolo, la también legendaria Ana Gabriela Guevara. Desgraciadamente se lesionó de gravedad de los meñiscos, los médicos le recomendaron amputarle la pierna, ella no accedió y con base a ejercicios se recuperó. Ya alejada de la actividad física le llegó algo por lo que tanto había luchado, un deporte que la arropara y le diera la oportunidad de explotar sus capacidades, el marchismo; donde logró convertirse en leyenda y ha logrado numerosas marcas.
Guadalupe es el gran ejemplo de perseverancia y éxito; guerrera indomable que jamas dejo de creer en sus sueños, su hambre de triunfo y su espíritu de victoria la hacen un ejemplo para todo aquel joven que busca la gloria. Gracias por estas lecciones Lupita, desde hoy tu nombre está escrito en letras doradas en el olímpo mexicano.
