Lunes de Culto- Fútbol Asiático

Una de las principales críticas que viven los organismos referentes del fútbol mundial es cuando una Copa del Mundo se le da a un país con poca historia en el balompié internacional. Normalmente se habla de corrupción o de los inexistentes «méritos» que una plaza cómo lo es un país nuevo en este deporte. El boom de «nuevas plazas» pudo haber ocurrido en 1990, es cierto que Estados Unidos no tiene una tradición puramente arraigada al fútbol, pero ya existían antecedentes como su tercer lugar en el año de 1930.

Cuando piensas en Asia, se te viene a la cabeza algún templo budista, monjes milenarios, su peculiar gastronomía o para los más jóvenes, los dibujos animados de esa región. También la tecnología y cien mil cosas más que admiramos de países asiáticos cómo Corea del Sur, Japón y China.

Aunque es cierto que en la actualidad su fútbol es más conocido que hace veinte años, Ji-Sung Park, Nakata, Keisuke Honda, Shinji Kagawa y en la actualidad el increíble Heun Min Song. Pero todo este proceso probablemente no hubiera sido posible si Corea del sur y Japón no hubieran puesto la carne al asador para la Copa Mundial del 2002. La infraestructura de los dos gigantes asiáticos era lo suficiente para hacer un Mundial de estas dimensione. La calidad futbolística también existía para que la afición asiática se enganchará con la copa. Ronaldo Nazario, Zinedine Zidane, Oliver Khan, Del Piero, entre otros como embajadores, era un fuerte atractivo visual para enamorar a los fans.

Tanto Corea cómo Japón quedaron maravillados con el Mundial, Corea ya era considerado un país recurrente en Asia como fuerte en cuanto a fútbol se refiere, pero su juego nunca había trascendido a la expectación de otro continente, de igual forma su «deporte rey» era el béisbol, y el interés de las nuevas generaciones despertó de ahí mismo, todos querían ser cómo sus ídolos que lograron un cuarto lugar de local. Japón no corrió la misma suerte en cuanto resultados, pero su exportación de jugadores fue mayor luego del campeonato, al igual que Corea, su deporte más popular era el beísbol, pero la llegada de Nakata a la Roma un año antes del Mundial elevó considerablemente la popularidad del fútbol en el país Nipón.

En la actualidad, la liga Japonesa se puede decir que se propone a traer de vez en cuando alguna figura interesante, pero sigue exportando jugadores, específicamente podemos encontrar jugadores en la Serie A de dicho país. Es cierto que no son una potencia ni mucho menos, pero son recurrentes en el fútbol europeo y en las Copas del Mundo. Corea vive un panorama diferente, se puede decir que su cantidad de jugadores ha sido menor, pero más especial. Los ya mencionados Ji Sung Park y Heun Min Son se consideran de nivel mundial, en su momento Park fue parte importante del United de Ferguson, a día de hoy Son está entre los mejores jugadores del mundo. La Selección de Corea del Sur ha demostrado ser muy competitiva en los mundiales siguientes.

China se sumó a la pelea en cuanto a tener un semillero de futbolistas de calidad, al igual que con sus talentos olímpicos, se han abierto academias importantes de fútbol. La llegada de súper jugadores cómo Óscar, Jackson Mártinez, Hulk, entre otros, ha impulsado que los niños chinos crezcan viendo balompíe de gran nivel. La liga no está ni cerca de ser de las mejores del mundo y no clasificó a Rusia 2018, pero el proyecto apenas está comenzando. Wu Lei actualmente es su cara al exterior, el delantero del Espanyol de Barcelona es una apuesta interesante del equipo catalán. El Valencia cuenta también con juveniles del país del gigante asiático, al igual que el Atlético de Madrid, mucho tiene que ver la evolución del mismo fútbol chino y que los dueños de estos equipos son provenientes de la República de China.

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