La Lucha Colimota Perdió una de sus Leyendas

*Falleció el pasado fin de semana el lincenciado manzanillense Wenceslao Cisneros Amaya (Tamakún)

En la considerada época de oro de la lucha en el estado  y Manzanillo principalmente, 70s-80s, por haber constantes funciones y un buen grupo de gladiadores de aquel lugar batallando por un lugar en el pancracio, hubo uno que se destacó durante el tiempo que le dedicó con el nombre de Tamakún, antes de ejercer la carrera que estudio, licenciado en derecho.

El pasado fin de sábado, quien encarnaba este gladiador, Wenceslao Cisneros Amaya, falleció a causa de  problemas de salud que se le agravaron durante la semana, mientras recibía atención en un centro hospitalario de Villa de Álvarez.

En su blog centro-histórico77 (25 de abril 2012), Víctor Manuel Martínez cita que entre la camada que entrenó Pancho El Fierrero en ese tiempo, “podemos citar a Tamakún (Wenceslao Cisneros Amaya, quien fue el único que luchó a nivel nacional)”.

Quien llegó a doctorarse y ser un master en Ciencias Penales, además de ejercer el periodismo –a través de su puntillosa columna Entrega Especial-, entre otras pasiones que tuvo y desarrollo, componer y escribir, en una de sus entregas relató cómo llegó a este sector del deporte.

Hace dos años, al rendir homenaje a la memoria del entrenador de halterofilia (levantamiento de pesas), quien recién había fallecido, contó:

“Cuando yo llegué a Manzanillo,  después de terminar mis estudios, pesaba  45 kilos; un día fui a su gimnasio ubicado en la calle Carrillo Puerto y le pregunté cuanto cobraba por entrenarme en ese deporte y me dijo: “Nada; solo le voy a pedir a cambio que se tome una foto de su cuerpo como está ahorita y otra cuando yo lo transforme”, acepté y al año mi cuerpo cambió. De ser un tipo enclenque y esmirriado, comencé a embarnecer, a engrosar mis bíceps, mi espalda y todo mi cuerpo, por lo que me convertí en el referente de los levantadores de pesas.

En una ocasión me llevó a competir a Aguascalientes y obtuve una presea como principiante y después volví a otra competencia y saqué otra medalla.

Pasando el tiempo y con el cuerpo trabajado que tenía, opté por incursionar en la lucha libre, en donde tuve un regular éxito bajo el nombre de mi personaje luchístico: Tamakun”.

Un saludo y abrazo para su hijo Hernán Cisneros, con quien –el que esto escribe- laboró algún tiempo en la aventura del Diario El Planeta, que encabezaba representando a la familia.

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